
Una familia que llega a una casa donde empiezan a producirse extraños fenómenos paranormales puede parecer un manido cliché pero en el temprano año que se estrenó esta película anticipó numerosas novedades y situaciones que la hace merecedora del título de pionera en su género. La casa encantada en cuestión absorbe la energía vital de sus húespedes y altera el comportamiento de los mismos dando lugar a escenas sumamente desagradables y extremas. No en vano este antecedente de El resplandor es el film de terror favorito de Stephen King. Una historia envolvente y claustrofóbica, con unos personajes altamente definidos, en una película bastante lograda.
La película, premiada en el Festival de Sitges del 77, posee no pocas virtudes como por ejemplo ser de las últimas películas que protagonizó Bette Davis. Karen Black es la esposa, está estupenda en su papel y tiene hasta una escena erótica sumamente perturbadora. Hay varias secuencias que se graban en la retina y la trama en general engancha, estando a la altura de las cintas de terror más acertadas y populares de su momento, sin embargo este film es tremenda e injustamente desconocido para el gran público. Obra de Dan Curtis, un director que se había formado en la pequeña pantalla (como muchos de los que alcanzaron el estrellato en los setenta) muestra más de un deje televisivo que no afea el conjunto sino que le da un cierto aire realista que hace creíbles las locuras que plantea. Algunas escenas que suceden en la habitación de la anciana o en la piscina, por ejemplo, son de esas que no dejan indiferente a nadie. Por otro lado, lo mejor de la película es el ambiente que transmite y el terror sugerido, auténticamente sobrecogedor. Un segundo visionado suele ser frecuente y obligado entre los que se adentran en esta pesadilla diabólica. Le pongo un 3 sobre 5.

Photos
See all photos >>