
Tu paga extra para sus muñecos
Unos años después de su primera aventura, Elsa y Anna disfrutan de una vida tranquila en su palacio de Arandel, junto como Christof y Olaf, claro está. Por las mismas razones misteriosas que hacen que nuestra mente nos traiga de repente a la cabeza memorias perdidas durante años, un día recuerdan que su padre les contó una historia que vivió con su abuelo mucho antes de que ellas nacieran.
Resulta que en algún rincón del reino había un valle misterioso, donde habitaba una tribu de personas mágicas que vivían en contacto con los espíritus de la naturaleza. Durante un tiempo, la tribu y los poderes fácticos del reino vivieron en paz, con relaciones cordiales y buen rollo en general. Hasta que un día, durante la celebración de la construcción de una presa (si, lo juro, una presa), surge un conflicto que lleva a la perdición de casi todos los participantes, tanto el rey y su séquito como los miembros de la tribu. El Valle queda sumido en una niebla mágica impenetrable y el padre de las princesas sale vivo de milagro, de los demás no se vuelve a saber más.
Ahí confieso que me di la cabezadita que todo padre respetable debe darse en una peli de dibujos animados, así que no se el motivo exacto, pero entiendo que por lanzar la trama de la película hacia adelante, Elsa y Anna tienen que ir al valle a investigar alguna movida…
Tengo que decir que he cambiado bastante mi valoración desde que vi la peli hasta ahora. Al salir del cine venía dispuesto a darle un „cagarro“ como un templo. Pero con el paso de los días me he dado cuenta de que mis propias expectativas me estaban traicionando. Frozen es mi peli favorita de Disney, la he visto mil veces con mis niños cuando eran muy pequeñitos. Claro, cualquier otra película vista en cualquier otra situación, va a morir si se la compara con toda la carga emocional de esos recuerdos.
Pero intentando ser objetivo, fuimos a verla al cine en el cumpleaños de mi hija, con ocho o diez nenas de cinco años disfrazadas de Elsa, y con mi hijo aguantando el tipo como podía. Y a todos les encantó, se rieron con los chistes de Olaf, se emocionaron con las canciones, pasaron un poco de miedo (pero poquito) en las situaciones de tensión, pillaron las continuas referencias a la primera peli, ¿qué más quieres?
La peli es entretenida, los niños la disfrutaron plenamente, los regalos de Navidad ya están medio solucionados con la horda de muñecos que van a salir de cada uno de los personajes. Un fan service para niños de ocho años, pero muy bien hecho y hasta moderadamente interesante por momentos.
Buena
Trailer oficial (inglés)
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