
Puede parecer una de las típicas películas de la época de la transición, con mujeres encarceladas, erotismo lésbico, referencias a la política (el conflicto vasco y los últimos años de la dictadura) y aunque posee todo ello tiene mucho más trasfondo y un aire melancólico de tragedia imposible de evitar que da al producto un empaque especial.
El final, impactante y desasosegador, se basa en la historia real de la autora de la novela que inspira la película. Se trata de una obra autobiográfica donde se escribe con mucho tino sobre los amores sufridos y reñidos (en este caso el personaje de Bárbara Rey, cariñoso en unas circunstancias y frío en otras, es una auténtica veleta que vuelve loca a la Inés Palau interpretada soberbiamente por Esperanza Roy). La Inés Palau real concursó en el premio Planeta del 75 y no lo ganó, a pesar de la carta que envió a Lara (“.. con esta obra le sirvo en bandeja el próximo premio Planeta..”). Su prematura desaparición limitó su producción literaria a dos libros y algunos artículos en la revista de la prisión donde cumplió condena por estafa.
Destacar como al contrario de otros films donde los funcionarios de la prisión son presentados en su totalidad como seres despreciables sin sentimientos, aquí nos muestra acorde a la novela original un amplio abanico de personalidades y caracteres donde hay lugar para la humanidad y la compasión. 3 estrellas sobre 3.
