
Recuerdo solo una película tan acertada como ésta en lo que se refiere a plasmar como alguien progresivamente se vuelve loco. Esa película es la genial Requiem por un sueño, que dejaba una sensación parecida a este Babadook en sus ratos más malos. Lo que hubiera querido Stephen King que Stanley Kubrick consiguiera con su Jack Torrance lo tenemos aquí magníficamente retratado, esto es, una locura progresiva y no un actor que desde el principio parece venir desquiciado de serie.
En estas pelis tan complejas me gusta explicar un poco el significado de ciertas escenas a medida que comento el argumento, así que recomendaría su lectura tras el visionado de la peli ya que soltaré algún SPOILER a continuación. Es más, creo que voy a destriparla a conciencia, lo que se dice un análisis al detalle, así que ruego encarecidamente que el lector que no la haya visto y no desee empacharse de SPOILERS se abstenga de seguir. Vamos allá.
La trama comienza con la triste situación actual de una madre y su hijo, siete años después de un trágico suceso. Ese suceso es el fallecimiento del cabeza de familia en un brutal accidente (durante la peli se recrea el suceso de manera tétrica y fantasmal siendo de las escenas que más se quedan en la retina). Ese accidente precisamente tuvo lugar cuando llevaba al hospital a la madre parturienta del chaval, convertido en la actualidad en un chico problemático con lo que parece ser algún tipo de trastorno estilo Asperger violento (siempre está chillando y lanzando proyectiles con armas inventadas por él destinadas a un monstruo cuyo advenimiento cree inminente). Durante el primer acto el espectador no puede si no compadecerse de la madre, visiblemente devastada todavía por la pérdida de su marido, con el cual tenía una relación muy intensa. Además de eso tiene que lidiar sola con un niño problemático que no deja de meterse en problemas y al que amigos y familiares comienzan a hacer el vacío y por extensión a ella también, encarando sus vidas irremediablemente a una soledad no deseada. ¿Es esto así? ¿Es el hijo el culpable de la situación? Según avanza la peli se nos irán rompiendo los esquemas y viendo que esos roles no solo no son así, sino que pueden ser totalmente contrarios.
Una noche el niño le pide a su madre que le cuente un cuento para dormir. Aparece en escena entonces el libro de figuras de Babadook, un cuento pop-up que sencillamente es para verlo (pone los pelos de punta, un auténtico terror). La madre se deshace del libro horrorizada y lo rompe en mil pedazos. Tiempo después el miedo encarnado en la figura del siniestro personaje que da nombre al puto libro ese se apodera de ambos, progresivas alucinaciones irán tomando forma y el libro aparecerá de nuevo con sus hojas restauradas poniendo nuevamente en jaque a la pareja. A esas alturas el aspecto físico de madre y niño es desolador, observamos algunas escenas bastante terroríficas donde la madre se desentiende de su hijo con frecuencia, abandona el trabajo o se distancia definitivamente de su hermana por un incidente en una fiesta mientras hace malabares para dar esquinazo a los trabajadores sociales que la visitan al sospechar que está maltratando a su niño.
La clave de la película (SPOILER) es que lo que parecía un terror sobrenatural con un monstruo, casa encantada o similar realmente no lo era, y lo que ocurre es que el rechazo de la madre ante la pérdida de su marido y el cargar en soledad con ese hijo difícil al que culpa de lo sucedido la transforma en un monstruo. La que parecía la más entregada madre, superada por un niño insufrible, no lo era tanto, y el niño que parecía desvariar no se iba realmente mucho de la verdad (un segundo visionado demuestra lo bien trazado que está todo y que el engaño al espectador es de mucho nivel). El nauseabundo cuento de Mr. Babadook, de factura artesanal, probablemente lo hizo ella en su locura, ya que al principio de la cinta comenta que aparte de trabajar en una residencia de ancianos como auxiliar, realizó algunos artículos y cosas para nenes. El maltrato al que sometió a su hijo en diversas fases del duelo, del que no fue plenamente consciente, lo achacó a un monstruo imaginario que alimentó posteriormente los miedos del niño. Cuando al final de la peli consigue exorcizar sus demonios internos y redimirse reorientará las aficiones del niño hacia la búsqueda de insectos y gusanos con los que alimentar a Babadook en el sótano de la casa, donde espera mantener encerrado al horrible monstruo que fue ella en los momentos más extremos de su locura. Un día le enseñará a Babadook, le comenta, dando a entender que le explicará su mal comportamiento hacia él y aspirar a su perdón. Una conversación pendiente cuando el niño sea más mayor arrojará luz hacia aquel duelo terrible que sacó lo peor de ella durante años.
Película compleja y desasosegante, muy dura por momentos pero admirable en su factura, su simbología y su contenido, es un must que abandera junto a otras joyitas el nuevo y brillante terror de las mejores pelis de los nuevos tiempos. Buena, cuatro estrellas sobre cinco.


Photos
See all photos >>